viernes, 1 de enero de 2021

Mujeres actuales que me inspiran

 



Como persona abismalmente interesada en la cultura, las artes, los sentimientos y todo lo suficientemente bello como para cautivarme, inconsciente o conscientemente siempre he tratado de buscar referentes, modelos a seguir o al menos personas a las que poder darles un sí rotundo en cualquier ámbito que me cautivase. Existen (y la mayoría ya han dejado de existir, si nos ponemos lúgubres) una notable cantidad de hombres increíblemente sensibles, atrayentes y sumamente inteligentes que influyen y modifican mi filosofía, que me hicieron explorar mi interior, mis pensamientos y plantearme la vida desde otras perspectivas. No obstante, no cabe duda de que, como mujer, al encontrar otras mujeres ahí fuera que lucharon y siguen luchando para hacerse ver y oír y elaborando obras esotéricas y fascinantes a través de un talento tremendo, se crea entre ellas y yo una unión tan abstracta y palpitante al mismo tiempo, que es increíblemente adictiva. "Te escucho", "Empatizo contigo", "Nos entendemos", "Sé que tú también expresarías lo mismo"... Esas son oraciones que podrían semantizar los sentimientos que me producen ellas, lo que nos podríamos decir. Y es que, al fin y al cabo, de alguna manera, son una lupa en el mapa de mi vida, que me ayudan a encontrarme y crecer como mujer. 

Aunque en esta entrada vuelva a hablar de otras personas con otras historias, siento que a través de ellas también estoy hablando de mí, por lo que este escrito se va a transformar en uno muy personal. En este primer día del año, os invito a disfrutar y leer sobre algunas de las figuras que me hacen estar orgullosa de ser mujer. 



Mujeres que me inspiran


Me gustaría empezar hablando sobre uno de mis descubrimientos (tristemente) más recientes:



Shirin Neshat 

Shirin Neshat es una fotógrafa, directora de cine, guionista y videoartista iraní, de las más representativas. Su obra se caracteriza principalmente por el tratamiento de la condición de la mujer en sociedades islámicas contemporáneas. Incluso más allá de Oriente Medio, Shirin Neshat es un nombre familiar en el mundo del arte contemporáneo. Trabajando en cine, fotografía y video, podría decirse que logró el reconocimiento internacional por primera vez con Rapture (1999), que aborda la relación entre las mujeres y el sistema de valores culturales del Islam. Su formación artística comenzó cuando tenía diecisiete años en california. Mientras, en su hogar se desataba la revolución iraní, cuyo acontecimiento marca profundamente el trabajo de Neshat. Es en este periodo donde nace, como diría ella misma, "el sentimiento de la melancolía, el sentimiento de nostalgia y exilio".

Nacida en 1957 en Qazin, Irán, Neshat se fue para estudiar en la Universidad de California en Berkeley, en la cúspide de la Revolución iraní en 1979. Su trabajo anterior, la serie Mujeres de Alá, analiza las intersecciones de género, identidad y sociedad, particularmente conmovedor en un momento en que la sociedad del Medio Oriente (y especialmente iraní) se desintegró bajo la política de la guerra. Su video de pantalla dividida Turbulent (1998) ganó el Primer Premio Internacional en la Bienal de Venecia y luego ganó el León de Plata a la mejor dirección en Venecia. Desde entonces, su trabajo ha ganado importantes exposiciones en el MoMA y la Tate Modern, entre otros, y el Huffington Post la ha nombrado Artista de la Década.






Sin duda alguna, todo su trabajo trasmite muchísimo. 





Otra mujer que no dudaría en nombrar es a Adesuwa Aighewi, y es que dentro de la industria del modelaje también hay figuras que muestran la realidad de ser una modelo plenamente orgullosa de su cultura y sus raíces y que, gracias a voces como la de Adesuwa, el mundo de la moda está cambiando y siendo poco a poco más inclusivo



Adesuwa Aighewi nació en Minnesota de una madre tailandesa de ascendencia china y un padre nigeriano. Antes de modelar, era estudiante de química en la Universidad de Maryland a la que comenzó a asistir a los quince años. Ambos de sus padres son científicos ambientales. 
"Modelar nunca fue algo que quise hacer ”, comparte la modelo. Pero quienes la contactaron tanto online como en persona en el condado de Prince George, Maryland, fueron persistentes. "Nunca había pensado en los atributos físicos de los humanos y lo que eso implica porque estaba realmente concentrada en la escuela", recuerda. Aighewi finalmente cedió a una sesión de prueba en 2010 y poco a poco comenzó a darse cuenta de que le gustaba posar.
Después de descubrir que trabajar como modelo cubriría el pago de acceder a la NASA (sí llegó a internar en la NASA), siguió el período de descanso de la escuela. “Pensé que sería una forma de mantenerme a mí misma mientras resolvía lo que quería hacer con mi vida”, explica. Maryland eventualmente se convirtió en Los Ángeles, y su número de seguidores en Instagram comenzó a aumentar, a medida que marcas como Alexander Wang, Kenzo, Miu Miu y Vivienne Westwood, se acercaban olfateando a la sorprendente joven con rastas.

Su cabello, o más bien el hecho de que algunos agentes consideraran que sus rastas eran "demasiado negras" para asegurar sus trabajos, se convirtió en el tema de un ensayo personal que aborda los problemas de diversidad de la industria en The Guardian en 2017. 
“Puedo ser lo que quiera ser. Puedo ser sexy o nerviosa o hacerme pasar por un hombre, todo es divertido para mí ", dice. "Sé quién soy y no paso el tiempo preguntándome quiénes son los demás". 
“Me gusta la libertad y trabajar con personas creativas”, explica sobre lo que la mantiene luchando por ser una fuerza para la educación y la reforma. “Todo debería cambiar siempre. El cambio es bueno". 
"Ahora veo que las modelos son idolatradas por lo que son, en lugar de solo por sus atributos físicos". 
Más importante aún, la industria también está reconociendo que este no siempre ha sido el caso. 
Cuando alguien le dijo que se pusiera implantes en los pechos para poder trabajar con Victoria's Secret, la modelo se tatuó el pecho en su lugar. Ser una misma en una industria tan tóxica es lo que verdaderamente hace bellas a las mujeres como Adesuwa. 




Además de ser la reina de la música alternativa, no podemos olvidar mencionar a Björk como uno de mis mayores referentes feministas actualmente. 




Es una cantante, compositora, multiinstrumentista, actriz, escritora y productora islandesa, la cual es conocida por hacer música experimental y vanguardista con la cual ha cosechado gran reconocimiento a nivel internacional, tanto de la crítica como del público. Varios de sus álbumes han alcanzado el top 10 en la lista Billboard 200, el más reciente es Utopía (2017).

Nacida como Björk Gudmundsdottir en Reykjavik en 1965, creció en una comuna hippie con su madre y su padrastro, un músico de blues. “Me criaron con la sensación de que mi madre se había sacrificado por mí. Afortunadamente, ahora tiene un pequeño negocio haciendo homeopatía desde casa, pero tiene casi 60 años. Todavía estoy desesperada por superar ese sentimiento de culpa. No quiero que mi bebé sienta eso '.

Una "anarquista punk" confesada, se encontró politizada por la guerra de Irak. 'La gente como yo, que no sigue mucho las noticias, de repente estaba buscando en línea todos los días, solo para ver qué estaba pasando. No sé ustedes, pero sea lo que sea lo que estaba haciendo, cenando con músicos o fontaneros (muchos de mi familia son electricistas y carpinteros), todo el mundo hablaba de la guerra y cómo estaban en desacuerdo con ella, o estaban de acuerdo con ella. , pero todos tenían un puesto. Entonces, aunque ha sido destructivo y desastroso, lo bueno es que la gente realmente quiere tener voz.

“La mayor parte del tiempo me obsesionan con las pequeñas cosas frikis en mi rincón que a nadie más le interesan. Tengo ese factor friki en mi personaje. Así que por una vez estaba interesada en algo en lo que todos los demás estaban interesados. No voy a hablar como sé sobre política, porque soy un aficionada total, pero tal vez pueda ser un portavoz de personas que normalmente no están interesadas en política.'

Su álbum "Medulla" fue sin duda el más político, pero de una manera única. Se le ocurrió un álbum a capella con sólo voces humanas: yodelling, beatbox, música coral islandesa. Fue, dice, una forma de contrarrestar el "estúpido racismo y patriotismo estadounidense" después del 11 de septiembre. "Yo estaba diciendo:" ¿Qué pasa con el alma humana? ¿Qué pasó antes de que nos involucráramos en cosas problemáticas como la civilización, la religión y la nacionalidad? "

"Los hombres pueden ser tontos, gordos, divertidos, inteligentes, duros, sensuales o filosóficos. Pero las mujeres siempre tienen que ser femeninas. Femenina, femenina y femenina", declaró la artista. "Me gustaría ver a las mujeres con sus características propias, siendo ellas mismas de la misma forma que tú eres española y yo soy islandesa".


"Quiero apoyar a las mujeres que están ahora en la veintena y decirles: no son imaginaciones tuyas. Es duro. Todo lo que un chico dice una vez, tú tienes que decirlo cinco".

"Me he dado cuenta de lo difícil que es para mí y mis amigas hacer malabares con las cosas que para los hombres. En la década de 1990, había mucho optimismo: pensamos que finalmente habíamos resuelto la igualdad de derechos para hombres y mujeres ... y luego, de repente, simplemente se derrumbó. Creo que esta es la primera vez en todos los cientos de entrevistas que he hecho, que me he subido al tren feminista. En el pasado siempre quise cambiar de tema. Pero creo que ahora es el momento de plantear todos estos problemas. Ojalá no fuera así, pero lo haré, ¡estoy lista para hacer el trabajo sucio!"


Si me adentro en el mundo de la pintura, me sería inevitable no mencionar a Harmonía Rosales como una de mis pintoras contemporáneas preferidas. 
Harmonía Rosales nació en Chicago, Estados Unidos en 1984, proveniente de una familia cubana. Asistió a Glenville State College, una universidad púbñica en West Virginia.
Realizó su primera exposición individual, titulada "Black Imaginary to Counter Hegemony" en el Simard Bilodeau Contemporary de Los Ángeles.
Desde muy pequeña se sintió asombrada por por las representaciones artísticas, especialmente por las obras de maestros del Renacimiento, pero nunca pudo identificarse con ello ya que representaban principalmente una jerarquía masculina blanca y una mujer subordinada e idealizada, inmersa en la concepción eurocéntrica de la belleza. 
Por lo que desde que comenzó su carrera artística, la preocupación principal de Harmonía Rosales se ha centrado en el empoderamiento de las mujeres negras en la cultura occidental.







Harmonía Rosales trabaja con la representación de heroínas negras como tema principal de sus pinturas. En sus propias palabras: "La religión y el poder van de la mano y los colonos usaron la religión para manipular y controlar".



Continuamos con otra gran pintora realista. Aleah Chapin es una artista de Brooklyn que ha desarrollado su obra retratando a las personas de su alrededor. En cada lienzo capta la esencia de la persona retratándola tal y como es en ese momento. Especialmente sus cuadros se centran en las figuras femeninas, las mujeres de su entorno y las vivencias que ellas llevan intrínsecas en su piel.



A lo largo de su carrera como pintora Aleah Chapin ha expuesto en varios países como Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos o Alemania. Actualmente ya tiene previstas otras exposiciones en Nueva York, Londres o Los ángeles.

En una sociedad donde se «retoca» hasta la piel de una adolescente para eliminar «imperfeciones», Aleah Chapin rompe con lo establecido y con la estética de muñeca de porcelana para volver al realismo más estricto. Ella retrata la fugaz belleza de cada una de las mujeres que pinta.

on la popularidad de las redes sociales, en particular de Instagram y/o Snapchat, el desnudo o semidesnudo se ha convertido en algo omnipresente; y a pesar de la censura que a menudo amenazan estas imágenes.

Sin embargo, hay una sensación de monotonía en los tipos de cuerpos que se presentan en todo, desde los medios sociales hasta los anuncios en vallas publicitarias. Todo muy normativo, joven y atlético. 

Mujeres vestidas únicamente con la confianza de sentirse a gusto consigo mismas, sin nada de ropa. Sólo con sus arrugas, manchas de la piel, pecas, bello, cabellos canos y algún que otro tatuaje.



La joven artista estadounidense comenzó su andadura artística en 2009, al terminar sus primeros estudios de arte. Ha seguido formándose desde entonces, siempre en la misma línea hiperrealista, retratando las sensaciones de la gente que tiene una historia y un pasado impreso en cada poro de su piel.

Mujeres que juegan y se expresan, que son libres y tienen una historia. De cada una de las obras de Aleah Chapin se puede aprender una valiosa lección de vida a través de un rostro, a través de un cuerpo al natural. Transmitiendo algo más allá de la pintura y más allá de la belleza efímera, un arte que traspasa edades y convencionalismos.

Aleah Chapin consigue a través de su pincel captar la belleza de unas mujeres que seguirán siendo así de bellas por muchos años que sumen a sus espaldas.

"El objetivo de mi exposición actual es mostrar que al final todos somos iguales, sin importar si somos un hombre de 84 años o una persona trans de 30 años". "Todos tenemos luchas y experiencias de estar en un cuerpo, y si pudiéramos centrarnos en lo que tenemos en común en lugar de tener miedo y juzgar nuestras diferencias, creo que el mundo sería un lugar mucho más amable". 



En el 2012 ganó el primer premio de la XXXIII edición del BP Portrait Award londinense por la obra a gran escala titulada «Auntie» en la que representa el desnudo de una amiga de la familia. Este cuadro forma parte de la serie “Aunties Project” que consta de una serie de desnudos de mujeres a las que la artista ha ido conociendo durante su vida.

“Aunties Project” no es exactamente una protesta contra la belleza ideal, pero sí una reivindicación de la hermosura a cualquier edad, en cualquier talla y en cualquier forma. “Quería explorar mi historia y de dónde vengo y estas mujeres son amigas de mi madre. Yo crecí con ellas”, explica la artista americana.



"Creo que mi trabajo ha despertado controversia porque está mostrando cosas que van en contra de lo que estamos acostumbrados a ver, mostrando la realidad de que somos imperfectos y, en mi opinión, hermosamente humanos", dijo Chapin.


La siguiente mujer de la que estoy encantadísima de hablar es de una desconocida ganadora del Óscar. Rayka Zehtabchi es una cineasta iraní-estadounidense, premiada por su corto documental ganador del Premio de La Academia 2018. Su película anterior con la cual debutó como directora y participó en festivales de todo el mundo, "Madaran", es un cortometraje sobre una madre iraní que debe decidir si perdona la vida o no al asesino de su hijo.



El cortometraje "Period. End of Sentence", es el que le ha llevado hasta los mismísimos Óscars. Cuenta la historia de un grupo de mujeres de Nueva Dehli (India) que aprenden a confeccionar ellas mismas compresas sanitarias para enferntar los días de la menstruación. 

"No estoy llorando porque tenga la regla", fue lo primero que dijo al recibir el premio. "No puedo creer que una película sobre mentruación acaba de ganar un Óscar". 




Y cómo no iba a mencionar, aunque todavía le debo muchas de mis horas, a una de las escritoras de fantasía más populares, interesantes y maravillosas del panorama actual y que es imposible no cogerle cariño, Leigh Bardugo (si mi hermana está leyendo eso, sé que está orgullosa de haberla incluido). 




Leigh Bardugo es una autora estadounidense de fantasía adulto-joven, conocida por su trilogía "Sombra y Hueso", la bilogía "Seis de Cuervos", ambas formando parte del "Grishaverse" y su novela "La Novena Casa". 

Al menos para mí, Leigh Bardugo es una de las escritoras más interesantes para entrevistar, ya que siempre se expresa de una forma muy cálida, con respuestas ingeniosas, inteligentes e inspiradoras. Leigh se ha proclamado a sí misma com feminista. En sus obras podemos apreciar la diversidad de personajes en cuanto a raza, sexualidad e incluso discapacidades porque "su entorno real no es heterosexual, blanco y sin discapacidades", por lo que presentar más variedad de forma natural en sus libros es lo que las convierte en algo muy real envuelto con su magia. 
En la sección de agradecimientos de "Seis de Cuervos", la autora reveló que sufre de osteonecrosis y por ello a veces necesita usar un bastón. El personaje principal de esta bilogía, Kaz Brekker, es uno que ha bautizado con su misma enfermedad y caracterizado por llevar un bastón. 
Algo que me convence totalmente de que Leigh Bardugo es una artista convencida y no se deja llevar por lo que parte de sus lectores piden, sino por su ética moral (y la que debería ser de todos y todas), es el hecho de que ships tan inconvenientes no se hayan hecho realidad. Y es que, como ella dijo, no sería muy lógico que la protagonista se acabara quedando con el antagonista, que tanto daño y sufrimiento ha causado, solo porque es atractivo, sería como tirar toda la lógica por la borda. Leigh tiene claro en todo momento cuál es su intención al contar sus historias y nunca va a ser el caer en una relación sin sentido y tan tóxicos. 



No podía dar por concluida esta entrada sin dejar para el final a uno de los personajes ficticios más influyentes del 2020: Beth Harmon, la protagonista de la miniserie "Gambito de Dama".




Protagonizada por la actriz argentino-británica Anya Taylor-Joy, "Gambito de Dama" se corona como la miniserie más vista de la historia de Netflix. 

La serie creada por Scott Frank captó rápidamente la atención de los espectadores y los medios con una historia que tocó fibras sensibles para las sociedades actuales, aunque se basa en una novela escrita en 1983 por el escritor norteamericano, ya fallecido, Walter Tevis. Y aquí radica cierto misterio acerca del guión. 
Walter Tevis era un apasionado ajedrecista. También tenía problemas de adicciones con el alcohol y los fármacos. Además, aunque no era huérfano, vivió dos años en un orfanato. Todos hechos que parecen haberlo inspirado para contextualizar un pensamiento que quizás tuvo: entre los jugadores que admiraba y seguía en torneos y campeonatos, nada estaba dirigido ni pensado para incluir a las mujeres que se destacaran en "el más difícil de los deportes". 
Sin embargo, es complejo saber si se trata o no de un homenaje a alguien que el autor conoció o se trata de un personaje de ficción, creado gracias a la experiencia de primera mano que él mismo tenía.  También producida por Netflix y encabezada por una joven y talentosísima actriz cuenta la historia de una mujer en medio de un entorno machista, desde donde debe abrirse paso. Sin embargo, en ese caso, el guión sí se basó en la historia real de Debora Feldman, que narró su vida en un libro. En cambio, Gambito de Dama es producto de una novela. Eso sí, al parecer la narración se compone de una íntima fusión entre ficción y realidad. En el libro de Tevis se mezclan datos verdaderos como los nombres de los ajedrecistas, sus encuentros y anécdotas verdaderas acerca de los torneos y campeonatos mundiales. Para confirmarlo, por supuesto, quedan sus entrevistas. En una de ellas con el New York Times, el autor admitió: "Con Beth Harmon quise rendirle un homenaje a tantas mujeres inteligentes". Su hija y su tía, que le regaló su primer tablero de ajedrez a los 7 años, habrían sido la inspiración para construirla.  
"Gambito de Dama" no sólo tiene interés por la estética o la trama en sí, sino que también desafía la afirmación de que las mujeres juegan peor al ajedrez que los hombres. 
"Hemos recibido más consultas de mujeres en las últimas semanas que en los últimos cinco años", dijo Leon Watson, director del club de ajedrez más antiguo de Londres. 
Las asociaciones, en general, cuentan con veinte millones más de jugadores afiliados tras el éxito de la serie. 
Y es que nunca hay que subestimar la influencia que una mujer puede provocar en otras, incluso siendo ficticias, y animarlas a conquistar un deporte mayoritariamente masculino. 

En este 2021, estoy completamente segura de que voy a toparme con muchas más mujeres que van a querer decirme algo, para que me lo guarde en la mente y en el corazón, para que pueda afrontar las adversidades y los retos que se me van a presentar este año nuevo, y es que para mí, personalmente va a ser más duro que el año pasado, pero estoy convenida de que va a ser también el más gratificante. Y podré sentirme como ellas, podré poner los pies encima de todo mi trabajo y decir: lo hice. Las mujeres son una mano a la que aferrarse y un hombro en el que apoyarse para seguir creciendo y culturizándonos, descubrir y equivocarnos. Y poder ver cómo avanzamos en una sociedad unidas, para respetarnos unas a las otras, aceptar nuestras diferencias y enorgullecernos de los logros ajenos que nos ensanchan el alma porque provienen de una gran, perspicaz y edificante mujer.

Gracias por leerme y feliz Año Nuevo. 






Lucía Braña. ♀️☮️


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